REENCUENTRO MAGNÉTICO

Cruzando la Plaza Mayor, como todos los días, mientras hablo con Andromaca me topo con Julio, Julio Médem, ella me insta a que le pida un papel protagonista, pero yo voy mucho más allá, cuelgo, me doy la vuelta y le suelto “Queso Fresco”, tienes que dirigirla, es perfecta, eres perfecto, adoro toda tu filmografía, quiero que estrenes ya “Caótica Ana”, lo necesito, no puedo vivir sin tus películas... ERES EL MEJOR... Bien, vale, sabéis que no lo hice, así que no te preocupes Che, tú sigues siendo el Director... simplemente me di la vuelta, miré cómo se alejaba y me imaginé la escena que acabo de describir... seguí con la realidad... conversación movilística diciéndole a la muy perra que no me invitó ayer a pizza y vino en su terraza rosa preciosa adorada por mí.... La tristeza por mi falta de empuje se mitigó gracias al “Reencuentro”. ¡Qué bien, habéis vuelto... Me alegro más...! Cuando estás unos días sin ver a los padres de cosita gatuna y te vas a la Unión a tomarte tu cervecita con frutos secos (menos mal, ya ha vuelto el proveedor de vacaciones), y te hace recordar que el fin de semana pasado estuviste flotando por sus techos altos de felicidad boba, puedes considerarte afortunada. Intercambio magnético vacacional, playas oscuras, casas lésbicas de colores poco armónicos, repaso vital y ni una sola foto. Eso si que es ser especial. Las fotos para uno mismo pero no para los amigos. El magnetismo es tan fuerte que podría dejar KO a los poderosos X-Men.
Voy a bajar a por un café doble con hielo, no puedo más, mis ojos se cierran al ritmo del teclado y de mis niveles de glucosa.
Acaban de presentarme a un diseñador catalán, me he quedado alelada escuchando su acento, habrá pensado que soy otra madrileña pasmada como el Rey , lo que no sabe es que en breve pasearé más feliz que chupillas por sus calles. Reencuentros, pero qué lindas son las palabras con doble EE.