Series en Polvo

Quiero engancharme a una serie para no gastar los 0,17 céntimos que me quedan en el banco antes de cobrar.
Cuando el sentido de la vida no pasa por tener un “buen trabajo”, una “buena casa”, un “buen algo”, sino que te gusta consumir desde cine a cañas pasando por libros comprados en la fnac para conseguir puntos y poder consumir más, necesitas ver la tele. Desde que vi en DVD todas las temporadas de “Six feet under” no he vuelto a tomar compulsivamente ni sin compulsa (¿por qué joder te piden siempre los documentos compulsados y no sabes dónde sellarlos?) nada catódico. “Los hombres de Paco” son los únicos que entraron una vez en mi vida, y en la de Cha, hace dos semanas fulminando todas las convenciones de guays de la vida. Sí, todo ha cambiado hace 15 días, además de Paco se ha asomado sin un atisbo de timidez El Che Querido y he pasado de ser una simple proletaria a coproducir, coescribir y coprotagonizar (en realidad soy secundaria) una película prometedora de alentador presupuesto. Las adicciones a las series son más complicadas de tomar y dejar que la nicotina, fumo a siniestro pero no logro engancharme a ninguna y ahora, más que nunca, lo necesito. Menos mal que tenía 5 euros, día del espectador en los Ideal, y tomé un“Desayuno en Platón”, se podría decir mucho de la película, pero como siempre me quejo de la gente pesada que sólo sabe ir al cine para poder hacer disquisiciones personales, intrascendentes y poco interesantes de lo que han visto, me abstengo. Buena inversión. La rosa seca acaba de caer de la televisión, será una señal de que tengo que limpiar el polvo.
“Buen polvo”, buen título para una sitcomedy y para adoptarlo como filosofía diaria de vida.