Desde Rusia con mucho amor

No conozco Rusia, aunque sé que soy rusa. Estoy segura de que todos tenemos un país que adoramos sin el más mínimo sentido. Desde mi más tierna infancia empecé a coleccionar matriuskas, mis muñecos se llamaban Vladimir, Miroslov y Katrina, en el mundial de baloncesto del 84 estaba enamorada del jugador de la selección rusa Volkov, cuando empecé a leer en serio (es decir, nada de los 5, Torres de Malory, Santa Clara, Puck, Fantomas, Agata Christi, Esther y su Mundo...) me dio por los autores realistas rusos y por ende por los de la esfera eslava, los devoré con avidez, mi mejor examen en el instituto fue sobre la Revolución rusa de 1905 y 17, siempre he querido adoptar un niño desde muy niña y por supuesto sería ruso y se llamaría Fiodor, veo un ballet y tiene que ser ruso, de San Petersburgo, El Hermitage es mi museo preferido, la botella de Vodka Absolut es la más bonita de todas las de una barra de un bar, me muero por el caviar (falso, por supuesto, no llego a más) montado en un blini calentito con crema agria, me gustan los gorros rusos, la escritura cirílica y la melancolía de un país frío. No hay explicación racional a este enamoramiento patriótico de un país que no es el tuyo. Soy española, suiza, francófona de adopción, y amante de todo lo uruguayo desde el pasado verano, pero en el fondo me siento como una campesina esteparia rolliza, con una piel blanca surcada por colores enrojecidos en las mejillas sin que exista ningún tipo de rubor , con trenzas firmes y robustas de color dorado y fuerte como una diosa fértil del amor... ¿De qué país os sentís? ¿Nunca habéis jugado a dar vueltas a un globo terráqueo con los ojos cerrados y esperar que os desvelara lugares con los que habéis soñado nacer, conocer, vivir?
Me encanta ser rusa.
Mnye ponravilas tak ulibka.Ty mne nravishsya Che!
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