Feliz sin noches blancas

Sólo quiero decir que soy feliz... Sin pensar, sin argumentar, sin fumar, sin absurdeces absurdas... con la puta regla, empastillada para no sufrir por ella, soy feliz. Qué fácil es a veces sentirte así, sin más, nada más. Con un fin de semana perfecto, porque con el Che todo es perfecto. Ahora mismo difícil relatar estos dos días, son lo que son, cena en Vips, desayuno sin diamantes, croquetas en el Isabel, absurdo con Angel de presentador supergalán con fijador en sus rizos, cantante cuarentona en el bar más cutre de Lavapiés, crousssant frío, caña con hambre, Gata Flora con Pizza pequeña, discoteca ochentera con bailes horteras en casa, fitipaldi Che hacia el aeropuerto, y cena en Uruguay con camarero peruano... 19 de masa corporal exactos para ambos sin Cibeles y 35 minutos hacia la rutina. Qué lindo escuchar a Serge Gainsbourg interpretado por LCB, sentir que te miran la espalda con un toque wifi en un portátil super pequeño y precioso, con humo, y con un poquito más de “amor”, no sé nada. Y una mierda , además de No Saber Nada, y de Pensar y Existir, sé otra cosita, porque las cositas de cada día son lo único que importa. Me gusta sentirme como me siento ahora mismo, ni un minuto antes ni después, me gusta tener el blog y leer el de los demás, me gusta que en la máquina del bar de abajo haya Winston, que me guste ducharme y que me froten la espalda, que sea domingo y haya paseado El País sin leerlo, que se acabe de caer el cuadro que me ha regalado SantiGatita y que no me importe porque lo colgaré en mi casa de los proxenetas en un par de meses, que EL AMOR DURE TRES AÑOS como escribe Beigbeder y que sólo haya consumido 45 días...

Las noches blancas las invento cada día, no el 23 de septiembre.

Desde los 14 años estoy enamorada de KAFKA y ha pasado muchísimo tiempo. Quizás Frédéric esté equivocado.