Comprando libros...

Los cuentos de ayer los terminé... empecé un libro de Saramago, y habiendo leído bastante de él, éste me aburrió más que una ostra desde un principio. Soy de las que, como tantos otros, somos incapaces de seguir con un relato sólo por terminarlo. Si no me atrae empiezo de nuevo, bastante fondo editorial de toda la vida tenemos como para detenernos en aquello que no nos produce ningún tipo de emoción. Así que he cogido otro, que desde un principio me ha enganchado, la cita inicial reza así:

Mi ingeniero alemán se puso a discutir en plan pesado. No estaba dispuesto a admitir, por muy evidente que fuera, que no había ningún rinoceronte en la habitación.

BERTRANT RUSSELL, en una carta a lady Ottoline Morrell

Se trata de “En Deuda con el Placer” de John Lanchester, primera novela alabada por la crítica mundial, y yo sin saberlo... Nunca hago caso a los críticos, pero aquí les voy a dar la razón, considerando que la he leído después de haberme comprado el libro de motu propio como suelo hacer cuando no tengo recomendación amical ni universal (Auster, Kundera, Capote, Los Realistas franceses, españoles y rusos, El boom y todos sus secuaces, la última oleada francófona que adoro, Houllebeque, Beigbeder, Nothomb..., los americanos impasibles, beats y no beats, y un sin fin de clásicos de siempre y de ahora sin los que, creo que no podríamos vivir)

Mi forma de comprar un libro, si no estamos hablando de los básicos imprescindiblemente vitales para poder seguir en este mundo sin pensar que has pasado de puntillas (Cabaret), es muy sencillo y de ahí a cómo he descubierto mi pequeña joya:

-Eliges editorial, en este caso anagrama, siempre es un referente.

-Te dejas seducir por el título, ¿quién no se hubiese lanzado a una deuda con el placer?

-Lees la cita -

La primera página (para ver el estilo narrativo)

y directamente pagas, sin saber cuánto cuesta...

De nuevo, no me he equivocado.

Y es que esta premisa lectora podemos aplicarla a toda la estratosfera vital, y no suelo equivocarme. No suelo, porque a veces, pocas, ocurre.

EN LA AMISTAD (los nuevos conocidos que sin darte cuenta se hacen un hueco en tu vida, porque los de siempre no ayudan a corroborar esta teoría, hoy he recibido un sms que sólo ponía TE QUIERO, ¿cómo no me voy a emocionar si viene de mi Ángel que desde hace más de 15 años siempre te sorprende por ser tan sumamente directo, crítico y perfecto?) pues desde hace poco más tres meses se han colado inesperadamente personas increíbles. Me hacen muy feliz. Son citas impresionantes e imprescindibles diarias, tienes que pasar por caja directamente, como con mis libros.

EN LOS BLOGS, parece difícil, como cuando entras en una librería de 200.000 volúmenes, pero se descarta pronto, no necesitas editorial, sólo con una frase, un comentario, un link descubres que estás en la misma onda de una “generación literaria.”... Quieres comprarlos poquito a poco, por la situación económica que te constriñe, pero al final siempre vas a una biblioteca y los consigues...

EN EL AMOR, lo más complicado, no tienes editorial de referencia, sólo tienes sensaciones y experiencia. Aquí el título no importa demasiado, “Jorge”, no dice demasiado, pero, sí te estremeces con el primer beso (como cita de primera página), lees la primera impresión y cuando empiezas, te das cuenta de que no puedes parar de leer, está claro, es evidente. Te lo compras sin dudarlo, sin pensarlo y te lo lees del tirón (5)...