QUESEANDO, sin más gerundios

Desde hace varios días sueño con una tabla de quesos asturianos, gastronómicamente hablando, soy quesera. Desde un gorgonzola, pasando por un parmesano cortado en virutas perfectas hasta llegar a un cabrales como el que estoy degustando ahora. Hasta dentro de un mes sé que no podré sentir ese éxtasis placentero, Al, lo espero ansiosa, así que ni corta ni perezosa, en cuestiones de “fromage” nunca lo soy, me he lanzado a por mi maná, ha sido instintivo, entrada en el supermercado a por unos refrescos de cola con limón (omitiré la marca para no parecer el post de Alex y Jared) más unas cervecitas Alhambra, prima hermanas de mi bienquerida Estrella, y sin saber cómo, mis botas countrys se han movido al ritmo de Nancy, hacia los ASTURIANOS, si es lo que tienen los grandes hipers, te ofrecen justo lo que quieres, lo que deseas ardientemente, PARA LA INMENSA MINORÍA, y no es la 2, ahí estaban, en pequeñas dimensiones, esperándome, un poquito de cabrales, más otros 5 deliciosos Delicatessen (amados chirridos de somier de vaca), troceados en láminas deliciosas que se deshacían en el cuchillo afiladamente...