TURISTA en el barrio

Muchas veces no sabes por qué decides ponerte un disco (bueno, cd) que hacía siglos que no escuchabas... no buscas explicación a tu elección, te decantas por uno porque sí, o porque no, es tu propia jukebox del día.

Acabo de volver de mi barrio, “barrio lejano” como el maravilloso cómic de Jiro Taniguchi, viví allí de los 13 a los 23, acompañada por ZZ Paff y Santigatita, he recorrido en una hora mi vida adolescente. He cruzado la mirada con un desconocido de esa época, él me ha reconocido yo a él, no. He visto el parque donde la Cha y yo ibamos siempre a hablar durante horas de todos los chicos que nos gustaban mientras comíamos pipas y donde se fumó su primer cigarrillo. Me he visto con el pelo largo, rizado, rubio, naranja zanahoria, a lo cleopatra, al uno, en diez años te da tiempo a cambiar de imagen muchas veces, con pantalones de ciclista a los 14, con hombreras y pesqueros a los 16, con aire hippy a los 18 ,con botas militares a los 20 y con la mezcla de todo y de nada a los 22... Cada día me gusta más cómo soy, y no es vanidad.

He cambiado (un poco), pero la esencia es la misma. Mismos sueños, mismas fantasías, misma ilusión, mismos amigos de la primera espiral.

ZZ, mi Ángel y yo nos colamos ayer en el metro, como cuando íbamos a la universidad con un ataque de risa de 10 minutos, para ver a una niña preciosa que adora las patatas fritas a las que llama “titas”... y es que, todo sigue igual.

Me sentía como una turista, por eso he puesto a Saint Germain. Hacía años que no lo escuchaba, me evoca a una época (2001, sin odiseas) que no tiene nada que ver con lo que he sentido hoy. Una época loca, quizás demasiado, en la que vivía para olvidar, como diría Alaska, BAILANDO.

Me voy a sentar en un banco del parque con un cigarrillo y hablar del Che con Cha...