Soy feliz como una perdiz

Los niños con coleta a un lado me gustan, pero sólo una, con dos serían como demasiado niñas. También me gusta escribir sin pensar, porque si pienso me voy hacia derroteros que no puedo controlar. Hoy resaca, pura, dura y con ADVIL. Si pones un advil en tu vida, bueno 2, tu vida será mejor.
Hace un año y 48 días que no estoy por aquí, raro, ni me he dado cuenta, pero es que esto del tiempo es la hostia, y de pronto, estoy en el facebook, me acuerdo de esto, de lo que me gustaba, y me he plantado con un vaso de agua, no tengo coca cola light y el chino está cerrado, a decir que después de tanto tiempo: SOY MÁS FELIZ QUE UNA PERDIZ. ¿Por qué las perdices son felices?, porque vuelan, está claro, pero por qué no como un canario, ruiseñor o aguilucho, y esto me lleva a pensar en proverbios y frases hechas, estas frases hechas me han hecho pasar una mañana genial, encandenando palabras con proverbios, y es que Albertiño, el asturianiño cuando quiere es un primor, y la mesa de cuatro es la rehostia, es lo mejor que me ha podido pasar, ME LO PASO GENIAL, la niña Chaza, el niño Draco, y el Albertiño hacen que todo sea mucho más perdiz. Y es que hay épocas de felicidad, yo estoy en una de ellas... la cojo, la pillo, y la mantengo. Mi che, el uruguayo molón, es el niño de la coleta ladeada, y con su ipod touch y cantos de Serrat desafinados me hacen sobrevolar el cielo de Madrid, me hace despegar cada mañana por mucha resaca real y vital que se tenga.
Si es que la crisis sólo puede estar en el alma, y las perdices, con el bolsillo vacío siguen sonriendo.